China avanzando como un nuevo modelo mundial

Se muestra un vehículo eléctrico Xpeng P5 durante un día de prensa para el espectáculo de autos Shanghai en Shanghai, el 19 de abril de 2021. [Foto/agencias]

El día que se anunció la eliminación completa de la pobreza extrema en China, le dije a un amigo chino que deberíamos celebrar esta ocasión. De hecho, fuimos a un restaurante y cenamos.

En nuestro camino de regreso, vimos a uno de los fabricantes de automóviles eléctricos mostrando algunas de sus últimas producciones. Nos acercamos y comenzamos a revisar los autos, que inicialmente confundí con modelos de esa famosa marca Tesla. Sin embargo, me sorprendió descubrir que eran de XPeng, un fabricante de automóviles chino. Finalmente, le dije a mi amigo, nos desharemos del monopolio en la industria automotriz, controlada por la tríada imperialista: los Estados Unidos, Europa occidental y Japón.

Romper la exclusividad en este sector no es una excepción. Quien lea sobre China en la Nueva era encontrará que la lógica de "ser el seguidor" que ha dominado durante décadas se ha ido para siempre. Hoy estamos hablando de una China competitiva en todos los niveles, especialmente en tecnología avanzada. En este contexto, podemos comprender las preocupaciones de la tríada imperialista, que actualmente vive de la dualidad de la guerra y el monopolio. Que también puede explicar las continuas campañas contra la China por parte de la tríada, que pretende ahora demonizarla tras no lograr romper el camino de su progreso.

Durante años, los Estados Unidos y sus seguidores en todo el mundo han estado librando campañas de guerra y difamación contra cualquiera que intente hacer cambios en la realidad internacional que construyeron sobre la explotación y la agresión. Los líderes estamos tratando de proyectar sus propias características en el resto del mundo. Pero frente a estas campañas, no olvidemos quién es realmente los Estados Unidos, liderando esta tríada y predicando sobre los derechos humanos. Los Estados Unidos se construyó sobre los cuerpos de millones de indígenas en el genocidio étnico más grande de la historia, Y también acumuló su poder económico esclavizando a los africanos a través de un sistema basado en el trabajo forzoso y la trata de personas.

James Baldwin, uno de los líderes del movimiento contra la discriminación racial en los Estados Unidos, dijo en 1965: "Recogí algodón, lo llevé al mercado, construí ferrocarriles, todo por nada." Estas personas crearon la economía americana, y ni siquiera fueron tratados como seres humanos. Sí, en los Estados Unidos el cultivo del algodón prosperó por el trabajo forzoso y la esclavitud. La súplica de Baldwin todavía se escucha hoy, simbolizada por el momento en 2020 cuando George Floyd gritó "no puedo respirar". Estados Unidos es el único país en la historia que utilizó bombas nucleares y atómicas, matando a millones.

Los Estados Unidos se jacta de apoyar centros de detención que contradicen los derechos humanos más básicos, como la prisión de Guantanamo, que la Amnistía Internacional describió como una manifestación de barbarie en el siglo actual. Asimismo, el expresidente Donald Trump considera que la detención de niños inmigrantes es uno de sus logros más importantes.

Los Estados Unidos destruyeron Irak bajo el pretexto de la democracia y las mentiras de las armas de destrucción masiva. La prisión Abu Ghraib y las atrocidades cometidas allí todavía hay evidencia de su falso modelo. Destruyeron la Libia con el pretexto de eliminar la tiranía. Destruyeron Siria con el pretexto de eliminar el terrorismo que ellos mismos generaban. Perpetuaron y protegieron descaradamente la ocupación israelí de las tierras palestinas y sirias. Destruyeron Afganistán con el pretexto de luchar contra al-qaeda, que también crearon ellos mismos.

Sí, con todo este historial criminal, los Estados Unidos todavía se permiten evaluar a otros y regalar certificados de derechos humanos. Después de todo, cuando se trata de lo correcto y lo incorrecto, nosotros no fue y nunca será un modelo a seguir.

Es hora, en cambio, de que China continúe su larga marcha para levantarse y brillar, igual que ese coche eléctrico de XPeng que deslumbró ante mis ojos esa noche.

Adham Saed es investigador del Centro de Investigación China-árabe BRI de la Universidad Zhejiang Gongshang y autor del libro "así era en Wuhan: diarios de los días de cuarentena".